La lengua de signos es una lengua minoritaria que ha sido rechazada durante muchas décadas. Factores tales como el desconocimiento, falta de información, de formación por parte de los profesionales, la escasa participación de las personas sordas en la sociedad… propiciaron aún mas el aislamiento de las personas con sordera. Pero con el paso del tiempo, la lengua de signos se ha aceptado como un idioma mas. Se trata de un idioma que hasta hace poco no era considerado como tal, hasta que la Ley 27/2007, de 23 de Octubre, reconoció la Lengua de Signos Española como pleno derecho de las personas sordas. Es la lengua natural y propia de las personas sordas.
De este modo, surge la figura del Intérprete en Lengua de Signos Española (ILSE), siendo el profesional competente en dos lenguas, la de signos y la oral. Por lo tanto, su función es facilitar e igualar la comunicación entre las personas sordas y las oyentes. Los objetivos que perseguimos son los siguientes:
- Eliminar las barreras de comunicación entre personas sordas y oyentes.
- Favorecer la independencia de la persona sorda, situándola en igualdad de condiciones que cualquier otra persona.
- Hacer accesible la información, la comunicación y la cultura de nuestro entorno por medio de la lengua de signos.